A lo largo de la historia, los momentos en que madres, tías y abuelas peinan el cabello de las niñas se han convertido en espacios muy significativos, donde se fortalecen vínculos y se fomenta la confianza.
Llega un momento en que, después de cierta edad, la niña comienza a peinarse sola, descubriendo su cabello, manejándolo y reconociéndose frente al espejo.
¿Recuerdas a qué edad empezaste a peinarte sola? ¿Cómo era tu cabello? ¿Largo, corto, hasta los hombros? ¿Más crespo o más liso?
¿Cómo recuerdas esa etapa?
Con nuestra cápsula LAZO, queremos que, mientras te peinas y usas estos Mitigadores, reflexiones sobre los lazos que debes fortalecer contigo misma y con quienes te rodean. En qué aspectos necesitas reafirmarte, hablarte con amor y llenarte de confianza para seguir construyéndote. Cada paso que has dado en tu vida ha moldeado quién eres hoy. Algunos momentos han sido fáciles y rápidos, como cuando te haces un recogido en dos segundos y queda perfecto. Otros han requerido tiempo, concentración y esfuerzo, como cuando sigues un tutorial de trenzas pegadas a la cabeza y necesitas gel, laca y mucha dedicación para que quede bien.
Puedes usar tus Mitigadores de muchas maneras, al igual que puedes construir, soltar y ajustar los aspectos de tu vida para resaltar quién eres.
Y siempre recuerda: el lazo más importante que debes fortalecer, cuidar y construir a diario es el que tienes contigo misma.